La motivación es lo que nos da la energía para empezar una nueva actividad, como aprender ruso. Pero, ¿cómo convertirlo en un hábito, sin perder el ímpetu de avanzar? Al fin y al cabo, sabes que si te quedas atascado en un lugar, inevitablemente empezarás a rebotar. Como decía la Reina en el cuento para adultos Alicia en el País de las Maravillas: “Mira, tienes que correr todo lo que puedas para quedarte en un sitio. Y para avanzar, hay que correr al menos el doble de rápido.
Los buenos hábitos no sólo son un sustituto de la felicidad, sino también una garantía de éxito a largo plazo. Hoy hablaremos de cómo convertir nuestra actividad inicial en el aprendizaje de idiomas en un hábito útil y permanente.
Un hábito es lo que llamamos una acción ritual y automática que requiere poco esfuerzo para realizarla. Cada día hacemos cientos de cosas sin pensar: cepillarnos los dientes, peinarnos, ducharnos, etc. Nadie nos obliga, y no nos presionamos especialmente y a veces ni siquiera recordamos cuándo o cómo lo hacemos. Todo sucede en “automático”.
Cómo formar habilidades rutinarias
Los psicólogos han descubierto que se necesita una media de 21 a 30 días para formar hábitos estables. Entonces, ¿qué debe hacer para establecer un ritual de aprendizaje de idiomas diario útil en su vida? Además, es deseable que no resulte estresante de ninguna manera, porque nuestro astuto cerebro se resiste con todas sus fuerzas a lo que es irritante o requiere un esfuerzo excesivo. Así que, empecemos.
Elija una franja horaria durante el día para practicar el idioma.
Decida en qué quiere centrarse:
- Aprender diez nuevas reglas gramaticales o palabras cada día;
- Hablar con un compañero de clase o con un hablante nativo;
- Leer un buen libro;
- Ver su película o serie de televisión favorita en ruso, etc.
Repita este proceso todos los días, preferiblemente a la misma hora, para que se convierta en parte de su rutina diaria.
Si sigues este programa durante 30 días seguidos, se convertirá en un hábito y podrás repetirlo todo a la larga sin demasiado esfuerzo.
Algunos secretos y trucos para un hábito de aprendizaje de idiomas más exitoso
No te rindas. Siempre hay que tener en cuenta el panorama general.
Si le parece que avanza lentamente, que el progreso no es tan rápido como le gustaría, recuerde las grandes oportunidades que le esperan cuando domine el idioma: un nuevo trabajo de calidad, una carrera envidiable, estudios en el extranjero, turismo independiente, mucha información interesante en los sitios de habla rusa. El mundo te abrirá las puertas mucho más que antes.
Encuentre cosas interesantes que le faciliten el aprendizaje.
Siempre es más fácil hacer lo que te gusta. Elige una forma de aprender el idioma que no te provoque protestas internas, sino que, por el contrario, te arrastre al proceso. Puedes aprender el idioma a partir de anécdotas e historias divertidas, imágenes y memes de Internet. Escucha tus canciones favoritas e intenta entender la letra en ruso. Chatea en foros con aficionados afines. Da rienda suelta a tu imaginación.
Utiliza tarjetas de papel o aplicaciones de gadgets para memorizar nuevas palabras.
Una forma antigua que sigue funcionando bien. Tenga siempre a mano las tarjetas para estudiar durante las pausas en el trabajo o en el transporte.
Utilizar asociaciones para recordar palabras o conceptos difíciles.
El método de asociación también funciona para el hábito. Al fin y al cabo, a nuestros cerebros les gusta mucho aferrarse a los conceptos conocidos. Si asocia claramente algunas palabras con imágenes vívidas, éstas le vendrán instantáneamente a la mente cuando las necesite.
Busca un compañero de aprendizaje y estudiad juntos. Juega a ser profesor, es divertido.
Aprender juntos es mucho más divertido. Encuentra a personas afines que estén aprendiendo el mismo idioma y dense lecciones mutuamente, en persona, por messenger o por Skype. Cambia de rol.
Intenta hablar en ruso lo máximo posible, incluso contigo mismo.
La pronunciación correcta no se producirá por sí sola y la habilidad para hablar con fluidez no aparecerá por sí sola. Para hablar, hay que hablar. Y mucho. Por ejemplo, hay que recitar poemas o practicar el patinaje. Por eso, intenta practicar la expresión oral todos los días, en la medida de lo posible, incluso delante de un espejo por la falta de otros interlocutores.
¿Y qué hábitos útiles para aprender ruso adoptas?